En Best Logistics Canarias queremos ponerles al día respecto a los nuevos aranceles para productos europeos en EE.UU
La lista de aranceles estadounidenses sobre productos de la UE en el conflicto de Airbus ha aumentado la tensión entre los Estados miembros de la UE y la Administración de Donald Trump. El Gobierno español considera «inaceptable e injustificado» que el sector agroalimentario pueda sufrir represalias comerciales por un conflicto en la industria aeronáutica.
El 2 de octubre, la Organización Mundial del Comercio (OMC) puso fin a un conflicto de 15 años entre la UE y los EE.UU. por la ayuda pública concedida por los gobiernos de la UE a la compañía aérea Airbus.
A Washington se le concedieron compensaciones por valor de 6.900 millones de euros (7.500 millones de dólares) con permiso para imponer nuevos aranceles a los productos de la UE. España, junto con Francia, el Reino Unido y Alemania, es el país que sufrirá la mayor parte de las contramedidas.
La lista provisional de productos afectados publicada por el Departamento de Comercio de EE.UU. fue especialmente dura para los productos agroalimentarios procedentes de estos cuatro países, los que proporcionaron las subvenciones ilegales a Airbus.
En respuesta, aparte de un impuesto del 10% sobre los aviones, Washington quiere imponer un impuesto del 25% sobre productos de la UE como el aceite de oliva, el vino, los quesos, las frutas o las salchichas.
El ministro español en funciones de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, dijo: «El gobierno español no quiere un conflicto comercial entre la UE y Estados Unidos».
La ministra señaló que las medidas afectarán de forma muy significativa al sector agroalimentario español, sobre todo en lo que respecta a las exportaciones de vino y aceite de oliva a EE.UU., valoradas en 700 millones de euros (768 millones de dólares) en 2018, según datos del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX)-, y que el conflicto «podría afectar a la economía española, así como a la ralentización del comercio internacional y al enfriamiento de la economía en Europa», advirtió la ministra española en funciones, Nadia Calviño.
En este sentido, Planas ha defendido la tradición del «comercio multilateral basado en normas» y considera que existe un «margen temporal y material» para la negociación en el marco del órgano de solución de diferencias de la OMC. Sin embargo, la tensión se está manifestando. El 4 de octubre, España convocó al embajador de Estados Unidos, Richard Duke Buchan, para expresar su «rechazo frontal» a los aranceles.
«Si el gobierno de Estados Unidos rechaza la oferta de diálogo entre España y la Unión Europea, el gobierno español reaccionará inmediatamente con fuerza y claridad para defender los intereses de nuestros ciudadanos y empresas», dijo el gobierno.
La UE pide una solución negociada, pero aplicará tarifas similares en caso necesario.
Tanto España como la UE han recordado la disputa paralela en la OMC sobre las subvenciones públicas estadounidenses a Boing. En unos meses, se espera que la UE sea compensada con derechos arancelarios similares a los de los productos estadounidenses. Pero Bruselas prefiere utilizar este caso como arma de disuasión para alcanzar una solución negociada en lugar de imponer nuevos derechos.
«La imposición mutua de contramedidas sólo perjudicaría a las empresas y los ciudadanos de ambos lados del Atlántico y perjudicaría al comercio mundial y a la industria de la aviación en general en un momento delicado», declaró la Comisaria de Comercio, tras las conclusiones de la OMC de la semana pasada. A pesar de la autorización de Estados Unidos para aplicar contramedidas, el Ejecutivo de la UE ha subrayado los aspectos «miopes y contraproducentes» de este movimiento.
Bruselas cree que no es demasiado tarde para evitar una guerra comercial con Washington y mantiene la puerta abierta para buscar una solución equilibrada para ambas industrias aeronáuticas.
De momento ha entrado en vigor y no se ha encontrado ninguna solución. Esperamos que pronto se cierre un acuerdo justo para ambas partes.